Jefe Médico Dr. Alfonso Oropesa Celedón, Cirujano de Tórax y EU. Sara Hernández Navarro CLP

En 1988 se inició la donación de órganos en el Hospital de Puerto Montt con el primer procuramiento renal a cargo de un profesional enfermero no funcionario del hospital. Posteriormente, dos profesionales enfermeros, apoyados por médicos de diversas especialidades, se integraron al trabajo ad honorem, ninguno tenía horario definido para procuramiento. Las tasas de donación en ese período se mantuvieron bajas, había mucho compromiso por parte de los profesionales que participaban, pero a la vez muchas dificultades como: no contar con espacio físico, teléfono propio o un profesional dedicado exclusivamente a las tareas del procuramiento.

En agosto de 2019, se conformó la unidad de Procuramiento de Órganos y Tejidos en el hospital. Se incorporó a una profesional enfermera con 44 horas y disponibilidad en todo horario. El objetivo era posicionar al Hospital de Puerto Montt como un centro de altas tasas de donación. Al poco andar, aparecieron obstáculos externos, primero el estallido social, que nos obligó a suspender las actividades presenciales relevantes, como las capacitaciones y la inducción del personal. Luego, se orientaron todas las actividades de las instituciones de salud hacia la pandemia, no obstante, el Hospital de Puerto Montt decidió continuar con el programa de procuramiento de órganos mientras fuera posible. Durante los años 2020 y 2021, se concretaron nueve y ocho donantes efectivos respectivamente, alcanzando una tasa de 19,5 y 17,15 donantes por millón de personas en cada año. En el Hospital de Puerto Montt seguían ingresando posibles donantes y aumentando el número de candidatos para recibir un órgano.

Una tarea fundamental para obtener estos resultados fue el cambio cultural en el entorno intrahospitalario, lo que fue complejo por varias razones, entre ellas, la existencia de resistencias internas al proceso de donación dentro de la institución, lo que probablemente se replica en más lugares a lo largo del país. A inicios del trabajo, el diagnóstico de la situación mostraba un gran desconocimiento de las bases legales de todo el proceso de donación y procuramiento de órganos dentro del hospital. Entonces, se inició un intenso trabajo para dar a conocer las bases legales del proceso, lo que fue instruido por el Minsal, e incluyó una resolución de notificación obligatoria e inmediata al móvil institucional desde las unidades generadoras, y un ordinario emitido por el Servicio de Salud del Reloncaví, en que se definió que todo posible donante que cumpliera con los criterios establecidos tendría primera prioridad de ingreso a la UCI. Lo anterior fue reforzado en cada uno de los médicos residentes de las unidades generadoras, de forma permanente por la alta rotación de personal en algunas de ellas.

Administrativamente, se inició con el cumplimiento de los requisitos mínimos definidos en la herramienta de Hospitales Autogestionados en Red (EAR indicador C3.1), así como con el porcentaje de notificación y de pesquisa de los posibles donantes de órganos en la unidad de Emergencia y de Paciente Crítico (UPC) adulto y pediátrica.

A pesar de que las estrategias asistenciales estaban dirigidas al manejo de la pandemia, se estableció que debíamos continuar con la capacitación al personal, contando para ello con la colaboración de la unidad de Gestión Estratégica, quienes comprometieron a los centros de responsabilidad de la unidad de Emergencia y la UPC, tanto adulto y pediátrica, en el porcentaje de cumplimiento de funcionarios capacitados en la temática de donación.

En la plataforma del hospital se dispuso, en conjunto con la unidad de Informática, un curso disponible permanentemente, con certificación online, dirigido a los funcionarios de las unidades generadoras de donantes, pero disponible para todos. También, en esta misma plataforma se creó un ícono de la unidad, en donde se publicaron las bases legales, el protocolo y el formulario de metas de mantenimiento del donante.
En lo clínico se iniciaron las gestiones para un desarrollo organizacional sólido de la unidad con el apoyo de otras unidades que participaron del proceso y sus actores claves. Con ello se intencionó el desarrollo del “Código Sidot”.

A su vez, se estableció el registro en ficha clínica y el desarrollo de formularios específicos de la unidad, el orden de exámenes sanguíneos con tiempos de respuesta definidos y disponibilidad permanente. Con imagenología se logró disponer de ecotomografía abdominal portátil, tomografía con contraste prioritario e informe de telemedicina; con gastroenterología se logró la disponibilidad de fibroscan; y con cardiología el ecocardiograma según necesidad. También, a través de la generación de interconsultas participaron otras especialidades en el proceso, por ejemplo; infectología, anatomía patológica, gineco obstetricia, entre otras, las que han sido fundamentales para definir la viabilidad de un donante. Así, el hospital en su conjunto se involucra en el proceso de donación y procuramiento.
El eje fundamental es la notificación inmediata o precoz. Gracias al trabajo con los profesionales de la unidad de Emergencia, durante este año seis de los once donantes efectivos han sido notificados desde el mismo reanimador.

En un principio, no estaban muy integrados los cuidados orientados a la donación, ya que la limitación del esfuerzo terapéutico es una conducta muy habitual. Sin embargo, hoy en nuestra institución se ha dado un giro a este concepto, y ante un posible donante, se notifica a la unidad y se inician los cuidados necesarios para hacer posible la donación. Eso posibilitó que los procuramientos multiorgánicos sean cada vez más frecuentes, logrando en 2020 el primer procuramiento de pulmón, y en diciembre de 2021 el primero de corazón. Durante este año ya se han otorgado cinco corazones. ¡SÍ, ES POSIBLE! 

El Coordinador Local de Procuramiento (CLP) en los cuidados orientados a la donación es un referente técnico activo y demanda de una comunicación constante y expedita con todos los estamentos del equipo tratante. La experiencia adquirida ha demostrado que mientras más prolijo sea el mantenimiento, el donante ingresará a pabellón en condiciones mejores y más seguras, entregando así la garantía de calidad al receptor. Se ha tratado de insertar en el concepto de “cuidados orientados a la donación” que la labor no es sólo lograr el donante efectivo, sino también que los órganos que se otorguen al receptor estén en las mejores condiciones posibles. En este proceso el CLP es quien organiza y define los tiempos para ir adquiriendo los exámenes analíticos e instrumentales. También, define en conjunto con el equipo médico y de neurología, cuál es el momento para realizar el test de apnea, una vez realizado el check list de pre-requisitos. En estas latitudes, a veces estamos sujetos a condiciones de clima muy adversas, por lo que es un factor muy importante a considerar en el timing del procuramiento.

En todo este proceso hemos contado con el apoyo y disposición de los coordinadores centrales cuya experiencia y constante comunicación nos permite un crecimiento exponencial al definir en conjunto el descarte o continuidad de los potenciales donantes.

En relación a la actividad quirúrgica, se presentaron los requerimientos para licitar insumos específicos, como para la extracción renal local y la extracción local de córneas. Se adquirió el instrumental quirúrgico, las soluciones de preservación y un refrigerador clínico, que llevó a proyectar un banco de córneas que constituye un desafío, pero en el que ya estamos trabajando. Para esto, ha sido fundamental contar con equipos quirúrgicos comprometidos, y se ha incluido en este proceso a oftalmólogos y urólogos. 

En cuanto a la comunicación y soporte hacia las familias donantes, en conjunto con la unidad de Salud Mental, se estableció la posibilidad de que aquellos familiares directos del donante, que requieran atención de duelo, puedan acceder a ella tanto forma presencial como online. Para optar a ello, en la comunicación de donación se ofrece este recurso abiertamente. También, la unidad de Comunicaciones creó una tarjeta de condolencias, que es firmada por el director del hospital, y se entrega a las familias donantes al cierre del proceso. Junto con esto, y a través de los canales oficiales de la institución, se publica un agradecimiento al donante, a su familia y a todos los funcionarios que participaron del proceso.

Para lograr una mayor tasa de donación es fundamental educar y capacitar a todos los miembros de la institución en cuanto al marco legal y a los procesos que involucran la donación de órganos. Durante el transcurso de este año se han concretado once donantes efectivos, con una tasa alcanzada de 23,38 donantes por millón de personas.

Agradecemos la oportunidad de compartir esta experiencia y algunas estrategias que han dado resultado en nuestro hospital. La unidad de Procuramiento de Órganos y Tejidos del Hospital de Puerto Montt es quien da garantía de la actividad, sin embargo, los resultados obtenidos son producto del compromiso de todos los actores y unidades involucradas en el proceso.

CLP y representantes de equipo UCI adulto