Doctor Sergio Aguilera Rodríguez
Neurocirujano Hospital Herminda Martin de Chillán
Vice Presidente de la Sociedad de Neurointensivo Latinoamericana LABIC
La patología neurocrítica constituye un importante desafío en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) del país, representando hasta el 30% de los pacientes que se manejan en ellas. El traumatismo craneoencefálico, la hemorragia subaracnoidea aneurismática así como el accidente cerebrovascular isquémico y hemorrágico, continúan siendo las enfermedades neurocríticas predominantes tanto en Chile como en Latino América, por supuesto, con diversas realidades epidemiológicas locales, pero sin duda con un factor común: la limitación de los recursos disponibles para el adecuado manejo, neuromonitorización y rehabilitación de estos enfermos.
Pero en este contexto regional, Chile presenta una posición ventajosa. En la década pasada, hubo un notable avance en la atención recibida por estos pacientes, logrando disminuir la mortalidad y mejorar el pronóstico funcional de los mismos. Lo anterior gracias a la creación del Plan AUGE y de determinadas Garantías Explícitas en Salud (GES), a la incorporación paulatina de patologías neurocríticas, la publicación de guías clínicas, y la asignación de recursos dirigidos. El ingreso oportuno a la UCI, la monitorización de la presión intracraneana, la exclusión aneurismática precoz y más recientemente la trombolisis intravenosa, entre otras prestaciones, sin duda han sido avances significativos en beneficio de los pacientes.
En el mismo sentido, es importante destacar el rol que las sociedades científicas han jugado en el desarrollo y en el avance de los cuidados neurointensivos en Chile. Ha sido fundamental la activa participación de la SOCHIMI en la confección, desarrollo y difusión de guías clínicas y algoritmos de manejo. La educación médica continua, así como los congresos y actividades científicas orientadas a la difusión de los contenidos en neurointensivo han permitido que estos avances científicos lleguen a todos los centros asistenciales, permitiendo la capacitación constante de médicos, enfermeros, kinesiólogos, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales y otros profesionales en todos los aspectos de la patología neurocrítica.
Pese a esto, aún existen muchos desafíos pendientes que enfrentar. A pesar de los importantes avances mencionados, es necesario retomar el desarrollo de los cuidados neurocríticos posterior a la pandemia. Hay que reasumir el reto de mantenerse en la vanguardia de la medicina crítica en enfermedades neurológicas, porque hay un enorme avance en las ciencias básicas y en la medicina traslacional en la comprensión de los mecanismos fisiopatológicos de la neuroinjuria. Además, del desarrollo tecnológico de nuevos sistemas de neuromonitorización y de nuevas terapias disponibles para mejorar el pronóstico de estos pacientes.
Por otro lado, en tiempos en que la equidad vive a flor de piel, es momento de que el desarrollo también alcance a todos los chilenos, tanto en Santiago como en regiones, las que siempre han estado rezagadas en recursos y avances médicos.
En el mismo sentido, reconociendo la importancia fundamental de la atención multidisciplinaria que requieren los pacientes neurológicos críticos, es necesario mencionar que hoy en Chile existe una enorme falencia en neurorehabilitación, ya sea por la falta de profesionales en la red de atención pública, por la inexistencia de Servicios Clínicos de Rehabilitación suficientes en los hospitales, y por la escasa cobertura brindada al gran número de pacientes que sobreviven a estas enfermedades, pero que lo hacen con secuelas que requieren neurorehabilitación intensiva, especialmente una vez superada la etapa aguda.
Por lo tanto, si bien el nivel alcanzado en Chile lo posiciona en un lugar destacado en el continente, es necesario seguir trabajando, tanto en el desarrollo de la investigación clínica, otra deuda pendiente en el área, en la incorporación de nuevas tecnologías y terapias específicas, así como también en extender la cobertura de los cuidados neurocríticos avanzados a lo largo del país. El futuro dependerá de quienes dicten las políticas de Salud y de los líderes de sociedades científicas como la SOCHIMI. Tiempo es cerebro.