En las Unidades de Paciente Crítico, los fonoaudiólogos entregan rehabilitación precoz que disminuye la estadía en ellas. A pesar de los resultados, su incorporación no es una norma y, según afirman, todavía su rol en ellas no es completamente conocido.
Por Trinidad Valenzuela, periodista Sochimi
Hace años atrás, los profesionales permanentes de las Unidades de Paciente Crítico (UPC) eran médicos, enfermeros, kinesiólogos, y los otros, como los fonoaudiólogos, eran interconsultores. Es decir, había que esperar de dos a tres días para que vieran a un paciente.
Sin embargo, con el pasar de los años se valoró la rehabilitación precoz con la inclusión de los fonoaudiólogos, los terapeutas ocupacionales, y otros profesionales de rehabilitación.
El presidente de la división de Fonoaudiología y Terapia Ocupacional de la Sochimi, Gabriel Salgado, aseguró que “es importante que el fonoaudiólogo esté en UPC porque puede trabajar con estas personas desde que están intubadas, sedadas, con acciones preventivas y rehabilitación activa, lo que disminuye la estadía hospitalaria en UPC”.
En tanto, el past presidente de la división de Fonoaudiología y Terapia Ocupacional de la Sochimi, y presidente de la Sociedad Chilena de Deglución y Alimentación, Rodrigo Tobar, explicó que el trabajo del fonoaudiólogo está enfocado en prevenir y minimizar alteraciones subsecuentes a la estadía en UPC, tratar de mantener la funcionalidad a pesar de los procedimientos invasivos y luego, cuando la persona logra cierta estabilización y capacidad de colaboración, iniciar lo más tempranamente posible una rehabilitación.
En UPC, la fonoaudiología está ligada a la evaluación de distintas áreas, tales como: los trastornos de la comunicación y cognición, entre ellos; del lenguaje, el habla, la voz, así como la deglución y la motricidad orofacial.
Cuando un fonoaudiólogo evalúa a un paciente crítico, lo primero que hace es determinar cómo se comunica el paciente con el personal de salud, y cómo da a conocer sus necesidades.
Por su parte, el fonoaudiólogo UCI y coordinador del equipo de Fonoaudiología del Hospital del Salvador, Nelson Saa, aseguró que es fundamental favorecer una comunicación lo más precoz posible, para que el paciente se comunique con el equipo de salud y sus familiares, a los que también se los educa sobre cómo comunicarse con él, a través de sistemas de comunicación no alternativos.
En tanto, Rodrigo Tobar, afirmó que el trabajo cognitivo y comunicativo va enfocado en dos frentes: uno estructural y uno mental. Explicó que en el estructural se busca establecer la recuperación de la voz, con diferentes dispositivos para poder fonar y, por otro lado, aseguró que la comunicación como un proceso mental, se apoya con la estimulación cognitiva y se establecen formatos que permiten a la persona comunicarse con el equipo de salud y posteriormente con su familia, ya sea trabajando aquellas funciones cognitivas que están alteradas o buscando algún tipo de facilitador como el uso de sistemas de comunicación alternativo.
También, los fonoaudiólogos se encargan de la deglución del paciente crítico. El coordinador del equipo de fonoaudiología de la UPC del Hospital Urgencia de Asistencia Pública (HUAP) y miembro del Comité Científico de la Sochimi, Axel Pavez, explicó que la deglución es fundamental porque la persona tiene que volver a comer de forma segura.
Además, Rodrigo Tobar mencionó que la deglución se relaciona con la prevención de posibles infecciones orales o complicaciones asociadas. Por su parte, Nelson Saa destacó la contribución del fonoaudiólogo en el manejo y la evaluación de la higiene oral, ya que una mala higiene oral, está directamente relacionada con favorecer una carga bacteriana.
Asimismo, Rodrigo Tobar enfatizó que la evidencia demuestra que en el ámbito cognitivo, comunicativo y deglutorio, las intervenciones más tempranas favorecen resultados de mayor funcionalidad. “Cuando los fonoaudiólogos trabajan en el proceso de estimulación, de minimización y de prevención de alteraciones asociadas a la deglución, incluso con el paciente intubado y sedado, los resultados a nivel deglutorio al extubar al paciente, son mucho mejores”, afirmó.
Por otro lado, tienen un rol fundamental en la motricidad orofacial, en pacientes que sufrieron quemaduras y requieren un apoyo para conseguir ciertos grados de funcionalidad en su cara. También, en el apoyo en los cuidados paliativos, favoreciendo que la persona pueda manifestar sus decisiones, manteniendo el confort y disminuyendo el dolor.
Al respecto, la fonoaudióloga de la Unidad de Neurología, del Staff de UPC del Hospital San José y secretaria de la división de Fonoaudiología y Terapia Ocupacional, Ana Karina Salazar, mencionó que el fonoaudiólogo al integrar un equipo, va a determinar que la atención del paciente sea más funcional y se tendrán más visiones de cómo abordar el paciente. Además, destacó que el fonoaudiólogo puede priorizar temas que antes no eran prioritarios y dar una atención más integral y humana a pacientes.
Según el documento “Fonoaudiólogo en Unidades de Paciente Crítico. Perfil de Cargo” elaborado por la Sochimi, el Fonoaudiólogo que se desempeña en las UPC se encarga de “prevenir, evaluar, diagnosticar y tratar a todas las personas que requieran apoyo relacionado con la comunicación, cognición, deglución y motricidad orofacial, a consecuencia de su ingreso a la UPC”, para disminuir complicaciones a largo plazo, recuperar los procesos fisiológicos involucrados y mejorar la calidad de vida. Según el documento, la jornada laboral debe ser de 44 horas diurnas, de lunes a viernes, con turno de continuidad, con cobertura de los siete días de la semana en jornada de cuatro turnos modificados.
Sin embargo, la incorporación de los fonoaudiólogos en las UPC no es una norma, sino que una recomendación del Minsal. Gabriel Salgado explicó que la creación de la división de Fonoaudiología y Terapia Ocupacional de la Sochimi ha favorecido su incorporación en ellas, ya que la división enfatiza que los fonoaudiólogos tienen que estar en ellas y ser parte de la canasta de profesionales fijos en la unidad. “La necesidad está, y actualmente la están visualizando para consolidarla como tal, y cubrirla”, dijo Gabriel Salgado.
En tanto, Axel Pavez comentó que “no hay una norma que diga cuántos fonoaudiólogos debieran haber en las UPC. Pero, con la pandemia se ha visibilizado más el rol de los fonoaudiólogos en las UPC”.
Por su parte, Ana Karina Salazar explicó que su incorporación ha sido paulatina, pero destacó que con la pandemia, el realce fue mayor porque “un paciente extubado con la visión del fonoaudiólogo y kinesiólogo evoluciona más rápido, y al empezar a comer y fonar más precozmente puede ser dado de alta más rápido y con mejor calidad de sobrevivencia”.
Asimismo, Rodrigo Tobar enfatizó en que los resultados desde el punto de vista funcional son mejores, “por las complicaciones que se evitan y al lograr avances más rápidos y seguros en la evolución de la persona, se ha propiciado que cada vez más se valore la participación del fonoaudiólogo como parte del equipo”.
Sin embargo, la carrera de Fonoaudiología es relativamente nueva, y Ana Karina Salazar aseguró que no hay una especialidad reconocida ministerialmente en Cuidados Críticos. No obstante, Gabriel Salgado explicó que con el inicio de la pandemia, “la carrera de fonoaudiología está abriéndose a la especialización en áreas específicas en torno a los cuidados críticos, y la idea es tener fonoaudiólogos especialistas en UCI”.
Por su parte, Rodrigo Tobar agregó que la pandemia permitió abrir nuevas puertas y reconocer la necesidad de contar con fonoaudiólogos especializados, además de que hay una tendencia a reconocer la importancia de los fonoaudiólogos en las UCI, y a nivel local está demostrando ser bastante costo - efectivo.
Durante la pandemia del SARS-COV-2, se aceleró la necesidad de rehabilitación y de contar con fonoaudiólogos en las UPC. Gabiel Salgado explicó que específicamente, en los pacientes con covid “entregamos la visión de que no solamente estamos evaluando la deglución, sino que también la comunicación y el habla, áreas que se trabajaban más adelante”.
“Evaluamos al paciente, tratamos de ver su necesidades, establecemos un sistema de comunicación acorde al paciente, un tablero de comunicación, dispositivos, papel y lápiz y el paciente se comunica desde etapas tempranas, lo que es un aporte fuera de lo que habitualmente hacíamos”, dijo Gabriel Salgado.
Por su parte, Rodrigo Tobar aseguró que el fonoaudiólogo aportó particularmente al manejo de las alteraciones deglutorias asociadas a pacientes con cuadros respiratorios, severos o moderados, que requerían apoyo respiratorio y ventilatorio. “Ya que su larga estadía bajo esa condición implicaba alteraciones deglutorias que requerían ser manejadas lo antes posible, y los pacientes no podían ser dados de alta hasta conseguir ciertos parámetros de seguridad”.
Además, aseguró que “producto de un mal manejo de secreciones, se pudiese llevar a una recomplicación del cuadro respiratorio con un sistema respiratorio muy frágil y muy susceptible a dañarse”.
El rol del fonoaudiólogo con los pacientes con covid fue mantener la seguridad en la evolución del sujeto y lograr que la persona salga de alta, de manera segura, lo más pronto posible, ayudando en la movilidad y en el circuito del flujo de camas.
Por su parte, Ana Karina Salazar aseguró que fue fundamental el rol del fonoaudiólogo de aportar a los equipos en la toma de decisiones de las extubaciones, "para que hubiesen menos fallos, y para restaurar las funciones básicas y fisiológicas como las vías de alimentación, lo que propicia una mejora global a nivel corporal y hace que el paciente mejore. Además de contribuir al sistema de comunicación de los pacientes y favorecer el trabajo con los equipos”.
En otra línea, Axel Pavez aseguró que lo que se hizo en la pandemia, ya se hacía desde antes. Sin embargo, aseguró que el flujo de pacientes era mucho mayor, lo que permitió visibilizar más el rol, y generar un trabajo colaborativo en las UPC, donde había un apoyo, se trabajaba de forma coordinada y se validaba más lo que se hacía antes.
En tanto, Nelson Saa mencionó que con la intervención del fonoaudiólogo se demostró que "se ayudaba a liberar las camas lo antes posible, sobre todo con los pacientes traqueostomizados, lo que favoreció que pasarán a unidades de menor complejidad, para contar con esas camas críticas".
Además, destacó el rol de humanización al facilitarle al paciente que se comunicara con el equipo, ya que al establecer un sistema de comunicación, mejoraba la interacción no solo con los miembros del equipo de salud, sino que con todos los profesionales de UPC, lo que contribuía significativamente a mejorar la calidad de vida de los pacientes y a bajar la agitación y el delirium.
La brecha de recursos humanos es uno de los principales desafíos en la UCI para los fonoaudiólogos. Gabriel Salgado aseguró que “necesitamos tener más recursos humanos, más insumos y dispositivos que permitan evaluar nuestra área para trabajar y generar la evidencia sólida que sustente nuestras intervenciones en la práctica clínica".
En la misma línea, Axel Pavez aseguró que se requiere contar con herramientas y recursos tecnológicos para intervenciones más eficientes.
Además, Gabriel Salgado aseguró que otro obstáculo es la visualización de la carrera, ya que "todavía hay una brecha de conocimiento del rol del fonoaudiólogo porque los equipos son resistentes al cambio".
En tanto, Rodrigo Tobar aseguró que otro desafío es el conocimiento con el resto del equipo, "ya que la fonoaudiología es de las profesiones más jóvenes de la salud y todavía hay una creencia de que está muy orientada al lenguaje, lo que es una barrera, porque hay que hacer un trabajo de educación para que se conozcan los otros aportes en la UCI".
Por su parte, Axel Pavez comentó que otro desafío es posicionar la carrera en el área de paciente crítico desde un punto de vista gremial, "para que se lo incorpore en las guías clínicas que norman el funcionamiento de las UPC como un profesional más dentro de la UPC, y no como un interconsultor".
En tanto, Ana Karina Salazar explicó que es fundamental que se considere que los fonoaudiólogos y terapeutas ocupacionales son parte de las UPC, que pueden contribuir a la toma de decisiones y trabajar en equipo. Acotó que tiene que haber un reconocimiento a nivel ministerial de que los fonoaudiólogos pueden ser parte del staff de una UPC.
De la misma manera, debido a que la incorporación del fonoaudiólogo a la UPC no es una norma, Nelson Saa explicó que uno de los grandes desafíos es que el fonoaudiólogo esté como cargo específico en ellas.
Además, Axel Pavez destacó que es fundamental unificar criterios con los otros fonoaudiólogos de las UPC, "porque pueden haber variaciones en las escalas de valoración y las formas de intervención".
A pesar de todo, el presidente de la división de Fonoaudiología de la Sochimi destacó que un fonoaudiólogo en UPC es capaz de rehabilitar precozmente, con acciones preventivas que disminuyen la estadía en UCI.