María Isabel Ferrera Narbona
Fonoaudióloga
Jefa técnica en el servicio de Medicina Física y Rehabilitación de la Clínica Alemana de Santiago

La comunicación se entiende como el proceso por el cual se transmite y recibe una información. En las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), la comunicación es un componente crucial de la atención centrada en el paciente y puede mejorar los resultados y la seguridad de éstos (Handberg y Voss, 2018; Williams et al., 2010). Existen diferentes factores que interfieren para que ocurra una adecuada comunicación en UCI: factores físicos; como neuropatías del paciente crítico, uso de soporte ventilatorio, alteración cognitiva, alteración sensorial, y factores ambientales; como ruidos de equipos, luces en la unidad y conversaciones del equipo de salud.

Actualmente, el uso mínimo de sedantes se está convirtiendo en una estrategia de implementación en la UCIs, ya que cuanto más tiempo permanezcan los pacientes alertas y conscientes, mayor capacidad potencial tendrán para comunicarse disminuyendo el nivel de frustración, ansiedad y poca cooperación que tengan en los diferentes procesos de recuperación (Vincent et al., 2016). Es importante considerar las escalas de observación para los profesionales de la salud, ya que otorgan información por parte del paciente que no es posible entregar de forma verbal. Ejemplos de lo anterior son la escala de dolor crítico (CPOT) y el método de evaluación para la confusión en UCI (CAM-ICU).

La fonoaudiología es una disciplina que se encarga, en gran parte, de evaluar y proporcionar diferentes estrategias de comunicación efectiva a los pacientes que no pueden comunicarse de forma verbal producto de su estadía en UCI. Para lo anterior, el método apropiado es la implementación de sistemas de comunicación aumentativa/alternativa (SCAA) que se definen como todas las formas de comunicación que se utilizan para complementar o reemplazar el lenguaje verbal (ASHA, 2019).

Los SCAA se pueden clasificar en sistemas de baja y alta tecnología; el tipo que se utilice con cada paciente dependerá de las necesidades comunicativas que este tenga, así como la disponibilidad que exista del dispositivo en la unidad.

Los sistemas de baja tecnología son: imágenes, tableros alfabéticos, tableros pictográficos e incluso gestos, sin embargo, éstos no siempre satisfacen las necesidades individuales de los pacientes (Guttormson, 2017), ya que se realizan con elementos generales y no logran desarrollar una idea más amplia de lo que quiere expresar la persona. Los sistemas de alta tecnología, que son diferentes softwares con seguimiento ocular o generación de voz ampliada, logran adaptarse a las necesidades de cada paciente al ser personalizados de acuerdo con sus requerimientos. Sin embargo, significan mayor costo para el paciente, no son accesibles de forma rápida y requieren educación tanto para la familia como para el equipo de salud.

La preferencia del uso de sistemas de comunicación de baja tecnología es mayor en las unidades debido a su mayor facilidad de uso y de requerir menor entrenamiento. Se debe considerar que la comunicación entre el personal de salud y el paciente es breve y se centra en informar sobre los diferentes procedimientos que se realizan.

La aceptación del paciente en el uso del SCAA es el principal factor para considerar al aplicar tecnología en los servicios de salud (Khalifa y Liu, 2004).

En conclusión, entender las barreras de comunicación del paciente tiene implicancias prácticas dentro de una UCI. Por lo tanto, la recopilación de las percepciones en relación con su comunicación es de suma importancia.

El personal clínico se basa en que los SCAA podrían ayudar al paciente para favorecer su propio cuidado, sin embargo, aún se interpreta como un desafío. Muchos profesionales de la salud utilizan como último recurso los SCAA, principalmente cuando aparece la frustración en el paciente.

Para optimizar la comunicación, se sugiere que el equipo de salud:

  1. Implemente de forma temprana un SCAA acorde a las necesidades del paciente
  2. Evalúe de forma sistemática la comunicación de los pacientes (el fonoaudiólogo evaluará en primera instancia cual es el tipo de comunicación más adecuado para el paciente, acorde a su condición de salud)
  3. Eduque continuamente al equipo de salud en comunicación aumentativa y alternativa
  4. Utilice herramientas de comunicación cuando sea posible
  5. Asegure el tiempo, continuidad y empatía con la forma de comunicación que se establece con el paciente y la familia

Todos los profesionales de la salud deben usar SCAA cuando sea necesario para mejorar el bienestar y la calidad de vida de los pacientes. Se debe considerar como desafío utilizar SCAA en el contexto de las UCIs actuales.

Bibliografía
American Speech - Language - Hearing Association (ASHA). 2019. Augmen. Altern. Commun. [online]. Available at: https://www.asha.org/public/speech/ disorders/AAC (accessed 20.04.28).
Guttormson, J., 2017. Usability testing of an iPad communication application for mechanically ventilated patients. Am. J. Respir. Crit. Care Med. 195, A4819.
Handberg, C., Voss, A.K., 2018. Implementing augmentative and alternative communication in critical care settings: Perspectives of healthcare professionals. J. Clin. Nurs. 27, 102–114.
Khalifa, M., Liu, V., 2004. The state of research on information system satisfaction. Jitta J. Inf. Technol. Theor. Appl. 5, 37–49.
Vincent, J.L., Shehabi, Y., Walsh, T.S., Pandharipande, P.P., Ball, J.A., Spronk, P., et al., 2016. Comfort and patient-centred care without excessive sedation: the eCASH concept. Intensive Care Med. 42, 962–971.
Williams, M., Hevelone, N., Alban, R.F., Hardy, J.P., Oxman, D.A., Garcia, E., et al., 2010. Measuring communication in the surgical ICU: better communication equals better care. J. Am. Coll. Surg. 210, 17–22.